martes, 27 de marzo de 2012

¡Cuidado con el aire que respira! El CO2 podría engordar


Investigadores daneses barajan la posibilidad de que las emisiones de CO2 a partir de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural, hagan engordar a los humanos.

La teoría surgió hace varios años, cuando Lars-Georg Hersoug, del Centro de Investigación para la Prevención y la Salud en el Hospital Universitario de Glostrup, analizaba un estudio sobre la variación en el peso de un grupo de daneses durante un periodo de 22 años.

Hersoug pudo observar que todos los participantes, incluidos aquellos sin sobrepeso, engordaron de manera proporcional durante esos años. Una de las explicaciones fue que las orexinas, hormonas neuropéptidas excitantes que estimulan la vigilia e incrementa el ansia por la comida, se veían afectadas por el CO2, provocando que los individuos se fuesen a dormir más tarde, afectando por tanto al metabolismo y derivando en un aumento de peso.

Desde entonces, Hersoug ha tratado de encontrar más pruebas que apoyen su teoría. Una de ellas es que la obesidad aumentó rápidamente entre 1986 y 2010 en la costa oeste de EE. UU., donde las concentraciones de CO2 son las más altas.

Un reciente estudio piloto hecho sobre seis jóvenes que se encontraban divididos en salas con distintas cantidades de CO2 en el aire, concluyó que aquellos con la mayor cantidad de dióxido de carbono en la sangre se alimentaban un 6% más que los que habían estado en habitaciones climatizadas con una cantidad normal de CO2. Según la hipótesis de Hersoug, publicada recientemente en la revista Nutrition and Diabetes, cuando respiramos más CO2 nuestra sangre es más ácida, lo que afecta a nuestro cerebro y como consecuencia aumentan las ganas de comer.

La gimnasia y el aire de las montañas también influyen en el peso

Hersoug asegura que la hipótesis no debería ser una excusa para dejar de hacer ejercicio, sino que por el contrario éste puede limitar el 'efecto del CO2’. "La actividad física activa la circulación de la sangre lo que supone expirar más CO2, argumento que sostiene nuestra idea", asegura el investigador.

Aunque estadísticas estadounidenses parecen indicar que hay menos obesidad en los estados de mayor altura y otros estudios han demostrado que se puede perder peso en las montañas, donde hay menos oxígeno en el aire y se expira más CO2, Hersoug señala que estos datos no constan en su estudio, que se llevó a cabo únicamente a través de ensayos controlados.

Fuente: RT

martes, 20 de marzo de 2012

Cirujanos españoles salvan la vida de un feto con endoscopia en una operación pionera



Un equipo de cirujanos españoles del hospital catalán de Sant Joan de Déu y el hospital Clínic de Barcelona llevaron a cabo en 2010 una operación pionera en el mundo en un feto. Estos días se ha anunciado que la operación fue un éxito.
Durante la intervención quirúrgica los médicos desatascaron con una endoscopia un bronquio obstruido de un feto de 26 semanas. Así salvaron la vida de un feto que ahora es una niña llamada Alaitz (que significa 'alegría' en euskera) y tiene 16 meses.
Los médicos introdujeron el endoscopio por la boca del feto para 'limpiar' los bronquios y conectarlos con la vía respiratoria central. Aunque la operación fue corta y duró tan solo una media hora, fue bastante delicada ya que se realizó en un feto de 26 semanas y de 800 gramos, cerca de finos tejidos del corazón.
"Gracias a una ecografía se pudo detectar el problema a tiempo; si no la hubiésemos intervenido, la niña estaría muerta", dijo en un comunicado Julio Moreno, uno de los doctores que participó en la operación.
La atresia bronquial en fase fetal se había descrito anteriormente, pero en todos los casos no se había podido intervenir y el feto había muerto antes de nacer o poco después del parto.
Los médicos sugirieron a la madre, Mónica Corominas, de 33 años, una opción: llevar a cabo la operación revolucionaria o interrumpir el embarazo. La mujer sin pensar mucho eligió la primera opción. Ahora la niña según su madre vive "una vida completamente normal y está contenta y feliz".

Fuente: RT

lunes, 12 de marzo de 2012

El gen que evita el cáncer, rejuvenece y ayuda a perder peso


El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, que dirige la insigne científica María Blasco, se encuentra entre los de mayor prestigio internacional en cuanto al nivel de sus trabajos. Recientemente, su labor en el estudio de los así llamados "genes supresores de tumores", les ha hecho saltar a las portadas de medio mundo.

Lo que hacen estos genes supresores, es codificar proteínas que nos protegen contra el cáncer de manera natural. Una de las armas del cáncer consisten en inactivar estos supresores en las celulas afectadas por el tumor. El cáncer es una enfermedad íntimamente ligada con el envejecimiento. De hecho, es evidente que la acumulación de daños producidos por la edad y no resueltos convenientemente, está detrás de la aparición de múltiples tumores. A su vez, muchos investigadores creen que la acumulación de células dañadas en nuestro organismo, es así mismo la base del envejecimiento.

Como vemos la relación envejecimiento y cáncer existe, y es notable.

Se sabía gracias a trabajos anteriores que modificando genéticamente a las células (en este caso de ratones) para que portaran copias extra de algunos de estos genes supresores de tumores, los animales aumentaban sus defensas antitumorales. Al mismo tiempo y sorprendentemente, al reforzar las defensas naturales contra el cáncer del organismo de estos ratones, estos se encontraron así mismo protegidos contra los rigores del paso del tiempo, exhibiendo mejores parámetros de salud.

Lo que han descubierto ahora los investigadores del CNIO, está relacionado con nuevo gen supresor de tumores denominado PTEN. Al estudiar a ratones modificados para portar más copias de este gen, los científicos contemplaron de nuevo el parámetro antes comentado: los roedores estaban más protegidos frente al cáncer y de nuevo eran también más longevos. Lo verdaderamente sorprendente era que además, presentaban una nueva característica muy destacable: estaban notablemente más delgados.

En efecto, los ratones manipulados genéticamente estaban un 28% más delgados que el resto, pese a comer lo mismo o incluso más, que los no modificados.

La respuesta a este misterio parece estar en la producción de grasa parda (o grasa buena) la cual permite quemar la energía sobrante (¡sin ejercicio!) que el cuerpo acumula en forma de grasa común. Está grasa parda está íntimamente relacionada con los procesos que permiten a algunos animales hibernar y es común en los bebés humanos, que la emplean para generar calor.

De algún modo, los ratones con más PTEN activan a la grasa parda, lo cual les permite estar más protegidos frente a la obesidad y la diabetes. Para demostrar esta relación entre el PTEN y la obesidad, los investigadores administraron a los ratones un compuesto experimental que inhibía a la misma enzima contra la que actúa el PTEN, llamada PI3K. Los resultados obtenidos fueron los mismos, abriendo la puerta a métodos que permitan activar la grasa parda mediante compuestos sintéticos.

Si se confirmase este mecanismo en humanos (para lo cual queda un largo trecho) en teoría sería posible suministrar un medicamento que nos proteja contra el cáncer, nos permita vivir más y mejor (es decir aparentemente más jóvenes) y que además nos haga deshacernos del exceso de nutrientes sin ningún esfuerzo. ¡La panacea que buscan las farmacéuticas!

Si estos genes supresores son tan sumamante beneficiosos. ¿Cómo es que la evolución no los hizo más comunes? Bien, desde el punto de vista estrictamente biológico, un animal adulto que haya superado la fase de reproducción deja de tener importancia de cara al mantenimiento de la especie.

Solo que nosotros, los humanos, nos oponemos a los dictámenes de la evolución. Queremos vivir jóvenes, sanos y delgados durante mucho más tiempo. En ese sentido, este trabajo podría ser todo un salto hacia adelante.

Por tanto, tenemos en PTEN un nuevo ejemplo de la acción protectora de los denominados hasta ahora (quizás haya que considerar ampliar su nombre) genes supresores de tumores. No solo protegen frente al desarrollo del cáncer, si no que además aumentan la longevidad y actúan frente a la obesidad y enfermedades asociadas a ésta.

Si la evolución ha seleccionado genes con una actividad protectora tan eficiente y valiosa, ¿por qué terminamos desarrollando cáncer, envejeciendo, y engordando y con diabetes? Todo parece indicar que mientras somos jóvenes estamos protegidos por la acción de este tipo de genes, pero el paso del tiempo parece desactivar estas defensas o, al menos, las hace incapaces de solventar la acumulación de daño experimentada con los años. A fin de cuentas, a la evolución le da lo mismo un organismo desechable que ya ha superado la edad reproductiva.

Fuente: Amazings

lunes, 5 de marzo de 2012

¿Qué 'susurran' los microbios?



¿Quieren escuchar como 'susurran' los virus y los microbios? Es pan comido gracias a un nano-oído, capaz de detectar sonidos con una intensidad muy inferior al umbral del reconocimiento humano, desarrollado por científicos alemanes.
Este oído hipersensible fue creado por investigadores de la Universidad de Múnich a partir de partículas de nano-oro. El minúsculo dispositivo utiliza una herramienta denominada pinza óptica, mediante la cual se puede ‘atrapar’ a las partículas más pequeñas.
La pinza consta de un rayo láser con el que se apunta a las partículas que necesitan ser manipuladas. Éstas se mantienen en equilibrio dentro del haz, por lo que posteriormente pueden ser desplazadas fácilmente.
Esta tecnología que permite mover los objetos microscópicos mediante la luz y sin necesidad de tener contacto mecánico con ellos se había utilizado hasta ahora para la observación de especies muy pequeñas y se aplica en microbiología desde el año 1980.
 
Detector de sonido
Para detectar las ondas sonoras, los investigadores utilizaron, por un lado, una nano-aguja en movimiento y, por otro lado, calentaron nano-partículas de oro mediante un láser independiente, que causa un aumento del movimiento junto a las vibraciones acústicas.
Gracias a esta técnica los científicos lograron revelar unos sonidos de magnitud seis veces menor que los percibidos por el oído humano.
 
¿De qué sirve?
Los investigadores alemanes apuntan que este hallazgo representa el primer paso hacia el desarrollo de la microscopía acústica y hacen hincapié en que el nano-oído estaría en condiciones de captar sonidos de escala mucho más allá de las capacidades humanas, incluso los que hacen los pequeñísimos objetos artificiales que no pueden ser observados en el microscopio debido a que absorben o dispersan demasiado la luz.
Uno de los realizadores del experimento, Alexander Ohlinger, subrayó que a partir de ahora “podríamos estar en condiciones de desarrollar un nuevo tipo de microscopía acústica, dado que se hace posible ubicar censores acústicos extremadamente sensibles cerca de muestras microscópicas”.
 
Fuente: RT